dilluns, 12 de març del 2007

La insoportabilidad del PP



Resulta ya absolutamente insoportable la impertinencia y cobardía de estos que dicen llamarse los auténticos y buenos españoles y, que bajo las siglas del PP, amparan a la gentuza más vil, más abyecta y más despreciable jamás imaginable; gentuza ésta que debería poblar las cárceles españolas por el deleznable propósito de quitarnos la paz, la libertad y la democracia, inestimables valores que tanto a tantos no costó de ganar.

Estos, bajo la batuta del tejano-asesor-de-Murdoch-conferenciante/profesor-de Georgetown, -ahora desmelenado-, y en aras de no acabar con el terror de ETA -pues es su filón- y siempre con la traidora deslealtad, que les imprime carácter, y la “inestimable” ayuda de uno de los más “honestos” periodistas de por aquí, Pedro Jota, consiguieron acabar con el legítimo gobierno de Felipe González, tras la tediosa y cansina letanía del “Váyase, Sr. González”. Utilizaron ya entonces el terrorismo etarra y la certera extinción que del mismo estuvo a punto de consumarse. Incluso parece ser que el mismo Aznar sufrió un presunto atentado de ETA, del que “milagrosamente” salió ileso, atentado que ahora viene a decir el Sr. Rodríguez –al que la Comunidad madrileña de la Sra. Aguirre le está llenando los bolsillos- que fue procurado por el mismo Felipe González. Mayor y más feroz surrealismo malintencionado es difícil de gestar por inepto y maligno que se sea.


Nos metió Aznar en una guerra rechazada por cerca de un 90% de los españoles, rechazo obviado por el “Gran Jefe”, que tras mentir descaradamente en el Congreso, allá que nos mandó, a Irak, a que muriese José Couso, muerte, cuya causa y responsabilidad, jamás se atrevió el entonces gobierno del PP a demandar al todopoderoso-amigo-Bush. Muerte, la de Couso, de la que en seguida se olvidaron estos del PP, tan reivindicativos sólo con las víctimas que les interesa, aquellas a las que utilizan para arengar a las masas en pro de un nuevo “Levantamiento Nacional”.

Para ello, lo que haga falta, autobuses, bocatas, señoras con visones y lenguas de estropajo, hermanitas de la caridad, monseñor Rouco y los suyos de la COPE, ancianos de los asilos que, por un día, los pasean –algunos de ellos desdentados, pobres- por los madriles, falangistas con olor a naftalina, banderas ondeando el aguilucho –tan admirado ahora por el Federico-, y, ¡cómo no! El sr. Alcaraz y “sus” víctimas. Corean todos a una contra el legítimo Presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Más improperios contra una misma persona es, prácticamente, imposible de oír.

Y todo el mundo aprovecha el momento para hacer su propio agosto: era esperpéntico ver cómo se vendían lacitos azules –utilizados indigna e inapropiadamente- y banderas españolas a 10€; ese estandarte, también utilizado y prostituido tan sólo por 10 euretes de nada.


Para esto han movilizado nueve, ¡nueve!, veces a algunos ciudadanos: única y exclusivamente contra el Presidente Zapatero. Quieren su cabeza, porque anhelan el mandato, no la gobernabilidad –eso es otra cosa-. Por novena vez, con sus insidiosos bramidos han intentado romper la estabilidad democrática del Estado español. Pero, a pesar de sus esfuerzos y bravuconerías, el denuedo de los españoles de bien es más firme. Aquí nos tienen con la verdad, la única arma capaz, por sí misma, de combatir toda la infamia derramada.

El Presidente Zapatero va sobrado de exquisitez, educación, bonhomía, valor, templanza y muchísima paciencia. De ello ha hecho gala siempre que la ocasión lo ha exigido. Su mesura y su inteligencia, así como su valentía y veracidad son el mejor garante de esta nuestra democracia. Y aquí nos tiene, a su lado, al lado de la verdad y de la ley, para acallar con nuestra transparencia la cobardía de los que se escudan en el populacho y la mentira.

Nuevamente las urnas hablarán, y ya pronto, el 27 de mayo. Una vez más la auténtica gente de bien, aquella en que coincide su palabra con su obra, tendrá el apoyo y el respaldo de la ciudadanía española. Sin miedo, con la verdad, ¡adelante!